Realmente lo he pasado mal... me asaltaba constantemente, como una fiera al acecho de su presa, el deseo de tomar hidratos de carbono, azúcares rápidos... sobre todo, chocolate y los mil postres que se pueden hacer con él y que yo antes tomaba. Ha sido duro, pero no he sucumbido a nada... sin embargo, me ha entrado una tristeza y en ocasiones he luchado por no ponerme de mal humor.
Encima, claro, no voy a impedir comer lo que quiera a mi novio, le insistí en que tomara un helado si le apetecía. Me costó verle comérselo y los helados en la vitrina. El sábado por la noche, aguanté unas horas y luego me distraje un poco viendo una película. Pero el domingo por la tarde vuelta a notar esa sensación desagradable del "mono" de la comida que no puedo comer.
No cogimos la bici... en lugar de eso, tuvimos que transportar toda una serie de materiales a casa de mis futuros suegros, porque nosotros no tenemos trastero. Levantar peso me cuesta, en el gimnasio levanto 2,5 kgs con los dos brazos en una de las máquinas, con eso digo todo. Luego me dolían las lumbares.
El domingo cené un sandwich vegetal, fue casi lo único que me salté la dieta, porque no conseguía encontrar un sitio que preparara ensaladas donde estábamos... y además, hacía un frío que no veas, una humedad... Mi futura suegra hizo el domingo pollo guisado pero le quité la piel al pollo y comí poquitas patatas. De postre había roscón... rechazárselo hubiera sido un feo, así que cambié mi trozo por el de mi novio (a él le puso un trocito minúsculo, je je, a mí como dos veces más) y me lo comí muy despacio. Por supuesto, no repetí, aunque me insistieron que comiera más.
Hoy lunes por fin mi madre puso algo al horno, fue lubina, con sus patatitas, tomate asado y zanahoria asada. He de reconocer que estaba rica, aunque el pescado no es santo de mi devoción. Postre: un pedacito de queso fresco con un pelín de miel, me sacrifiqué y tomé infusión de rooibos en lugar de mi sacrosanto café con leche puesto que acababa de tomar un lácteo.
Esta noche probaré el spinning... ya os contaré!